El miércoles por la noche, el grupo alemán Tokio Hotel aparecerá en el Zenith de Lille. Para estar aseguradas de tener un buen sitio, las fans plantaron las tiendas en la sala de conciertos. Algunas están allí desde hace dos semanas.
Cuando nos gusta algo no nos importa. Incluido las noches pasadas bajo la tienda alrededor del Zenit.
El concierto se efectua el miércoles por la noche pero el lunes ya estaban unas sesenta fans esperando a tener el privilegio de estar en primera fila. "Es alla dónde se vive mejor el concierto, explica Stéphanie que acaba de llegar de los alrededores de Douai. Pensaba que habría todavía más gente."
Cuando nos gusta algo no nos importa. Incluido las noches pasadas bajo la tienda alrededor del Zenit.
El concierto se efectua el miércoles por la noche pero el lunes ya estaban unas sesenta fans esperando a tener el privilegio de estar en primera fila. "Es alla dónde se vive mejor el concierto, explica Stéphanie que acaba de llegar de los alrededores de Douai. Pensaba que habría todavía más gente."
Sin embargo, es un verdadero camping improvisado que se ha instalado. "Es así en cada concierto, explica Jennifer, llegando de Picardie hace cinco días. Adoro el grupo y estoy enamorada del cantante Bill. No logro que me guste nadie más."
Una pasión desbordante que toca a todas las jóvenes chicas. "Tengo la impresión de haber comenzado a vivir el día desde que descubrí a Tokio Hotel", cuenta Mina, 21 años. Vive en Toulon, y llegó la primera al Zenit de Lille. Fue el 3 de marzo, dos semanas antes del concierto. De resultas, es a ella quien administra la lista de las llegadas.
Una pasión desbordante que toca a todas las jóvenes chicas. "Tengo la impresión de haber comenzado a vivir el día desde que descubrí a Tokio Hotel", cuenta Mina, 21 años. Vive en Toulon, y llegó la primera al Zenit de Lille. Fue el 3 de marzo, dos semanas antes del concierto. De resultas, es a ella quien administra la lista de las llegadas.
Un sistema rodado en el momento de un concierto en Dortmund que debe asegurar a cada una un sitio privilegiado en función del tiempo pasado a esperar. "Cada persona que llega tiene un número y una pulsera, explica. Hacemos dos llamamientos al día y mañana (martes) despertamos a todo el mundo a las 5 de la mañana para ponerse delante de las puertas. Tenemos el acuerdo del Zenit que tomará en consideración los números en el momento de la apertura. En Lille, esto pasa bien. Los adiestradores de perro policía velan por nosotros por la noche pero no es el caso por todas partes."
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